El British Shorthair es una de las más razas de gatos europeas más antiguas. Se cree que su origen está en el cruce de los gatos romanos que llegaron a Britania y los gatos nativos de la isla, hace más de dos mil años. Eran gatos muy habilidosos cazando roedores, lo que les valió el aprecio de los humanos.
A fines del siglo XIX, Harrison Weir, un criador inglés y verdadero impulsor de esta raza, creó el British Shorthair haciendo una selección de los gatos callejeros más bonitos. También fue el organizador de la primera exposición felina en el Crystal Palace de Londres el 13 de julio de 1871. En esta exhibición, el gato British Shorthair fue el gran protagonista.
Animal de cabeza ancha y redonda, presenta una nariz corta, recta y ancha, unas pequeñas pequeñas y redondeadas, y unos ojos grandes y redondos, de color cobre o naranja. Su corto pelaje no está adherido al cuerpo, y es más denso y sedoso que el de un gato común de pelo corto. Posee una textura muy compacta. El color más conocido es el azul (British Blue), aunque pueden presentarse todos los colores uniformes, bicolores, tricolores y atigrados.
Los British Shorthair son gatos tranquilos, hogareños y familiares. Les gusta estar cerca de sus dueños, aunque no son gatos empalagosos y pegajosos. Les gusta estar cerca, pero manteniendo su espacio. Siguen manteniendo el instinto cazador de sus orígenes.
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